En el campo de refugiados de Holon (Sigo esperando el bombardeo iraní, mientras tengo un sobrestock de misiles Kazam)

Hace unos meses fui sorprendido por al desaparición de dos "yogures" de la heladera comunitaria. Estábamos jugando al back gammon en mi cuarto cuando Adriana volvió de la cocina y, entre consternada y deprimida, dijo que cuando se fue a banar los "yogures" estaban y cuando volvio a la cocina habían desaparecido.

En ese momento la lista de sospechosos no fue demasiado grande pero si significativa.
Todos estaban bajo sospecha.
Sin embargo esta lista es hoy mucho mas significativa, porque me demuestra como los prejuicios solo conducen al miedo, y como el miedo conduce a la soledad.

He aquí los extraordinarios seres que comparten conmigo los sucios pasillos de Mikve Israel, y a quienes voy a extranar mucho:

La princesita rusa:

ANTES: fue la primera persona con la que me cruce cuando llegué al campo de refugiados. Como es rubia todos creen que es linda. En mi opinión cuando se ríe se parece a una de las brujas dibujadas en los cuentos infantiles.
Más allá de estos detalles, es bastante simpática y a la perra que merodea el lugar la echa gritándole "putana, putana!"

AHORA: Marina tiene 30 anos pero se comporta como si tuviera 60. Es delicada, muy cuidadosa y seguramente llegue a ser una muy buena madre y una muy aburrida esposa.

George, medias sucias, noseelapellido:

ANTES: Toma mucha vodka, mira mucha televisión, especialmente esas seriales horribles que pasan en AXN, juega a la computadora todo el día y no lava sus medias. Siempre anda con el torso al descubierto y se nota a las leguas que el deporte jamás fue una obsesión para su persona. Cuando habla deja al descubierto serios problemas dentales

AHORA: En las horas mas tristes, de la boca de este hombre jamas salió un NO.
Siempre a la orden para prestarme su guitarra, para convidarme con faso, para compartir unas buenas pipetas de JUM y Yarok. Sigue jugando a la computadora todo el dia, y sigue con las medias sucias, pero una vez limpio a fondo el bano, estaba inundado y salian bichos por doquier. No sé como hizo pero lo logró. Fue mi héroe por un día. Un kosako, un soldado dispuesto a sacrificar su propia suciedad en pos de algo de dignidad humana. !Un grande entre los pequenos!


El gran Dimitri:

ANTES: Rusito, también él, se lo puede ver por los pasillos engalanado en un pijama digno de un campo de exterminio. Es alto, flaco, y juega a dos puntas. Me perstó un disco de folk ruso. En una de las canciones un hombre hablaba de los suenos. No recuerdo más, salvo que no me gustó. Al parecer es el cabecilla del resto y seguún me contaron quiere irse a vivir a Mónaco. Quizás tenga suerte y se case con Estefanía y juntos armen un circo freak junto a los 7 enanitos y a la mujer barbuda.

AHORA: Genio y figura. Su parecido con Orlando Bloom lo ha hecho merecedor de una fama insospechada en todo Tel Aviv. Es gracioso y a veces peca de soberbio. No le gustan los ruidos fuertes y se queja cuando pinta alguna fiesta en el pasillo. Pero salvo estos pequenos detalles es muy divertido y su vision en extremo materialista del mundo lo convierte en un pequeno gigolo.
La última vez que nos vimos me mostro su nuevo par de mocasines blancos y sus lentes Christian Dior y me dijo: "No soporto a las personas que se visten mal. Ayer una pareja me invito a que los acompanar a su casa, pero él tenia una camisa horrible"

Rosa Luna:

ANTES: Así le hemos puesto a la etiope que vive a dos cuartos de distancia del nuestro. Es muy buena onda y le gusta mucho el sexo y la variedad. Dato inducido por el constante cambio de hombres que atreviesan su puerta a toda hora. Hasta hoy jamás escuché algún gemido, lo que me hace suponer dos cosas: 1/ es bastanet calladita o 2/ las paredes son muy buenas

AHORA: Cuando paso por el pasillo me grita. Me pide que entre a su cuarto, donde vive con su roomate, otra israeli, y que les cante una cancion. Yo les canto canciones en idish, pero lo mas curioso es que no se idish. Canto cualquier cosa y ellas se divierten. Despues sigo mi camino como si todo esto no fuera real.


La otra israelita:

ANTES: Fanática de la limpieza, es la única que le da duro a la cocina cada vez que los gatos entran y dispersan la basura por todo el lugar. La otra vez me explicó todo acerca de un pájaro muy lindo que recoje nueces, se va volando y las tira desde arriba para que la cáscara se rompa. Me dijo que esos pajaritos son muy inteligentes. No sé si serán tan inteligentes, pero seguro que sí son más inteligentes que los seres que habitan el campo de refugiados conmigo

AHORA: Me dice todo el tiempo: Martiiiiin, sos el mejor, Maaartin, you are the best. A veces creo que me esta tomando el pelo, pero se lo digo e insiste en que no hay dos como yo. Sera un buen comentario???
Ya no me molesta con los pajaritos, ni con nada. La verdad es que es una buena companera de pasillo. Solo me dice que soy el mejor.


El hombre más feo del mundo después de Echandy:

ANTES: Veamos… a ver cómo puedo explicarlo, este tipo es desagradable. Se la pasa mirando televisión y nuncda se ríe. Para peor sólo mira TV en ruso. Usa unos lentes culo de botella y se viste como se vestía mi bisabuelo Gregorio (q.e.p.d) en la década del ochenta.


DESPUES: Su nombre es Edward. Su aspecto no ha cambiado mucho en el ultimo tiempo, salvo que como casi todos, hemos adelgazado unos kilos.
Dice que toma Vodka desde los cuatro anos y no se preocupa por nada en absoluto. Me conto de su vida en Ukrania. Me dijo que salia a divertirse a los parques y que por las noches se quedaba fumando, mirando tv y tomando vodka en la casa de los padres.
Es tan haragan que ni siquiera mueve los labios para hablar y hay que hacer un curso especial para entender lo que dice en hebreo (claro que si usted, amable lector, tampoco sabe hebreo, antes de hacer este curso especial debera hacer uno de Hebreo)

Anatole "hemorragia" Anotalo:

ANTES: Otro congelado más, se lo caracteriza por sufrir constantes hemorragias nasales y jamás limpiar. Su sangre está esparcida por el pasillo y en los banos. Sangre seca, putrefacción inmediata, vida y muerte en un solo lugar. La máxima expresión de una vida nula, de una sonrisa que pide a gritos un poco de amistad y que no la encuentra producto de su desesperación. También juega para las dos puntas. La otra vez lo vi entrar a una web de encuentros sexuales donde sólo vi fotos de hombres.

AHORA: Creo que se suicidó.


Lisa "tiene un amor de ultramar" de extrano apellido soviético:

ANTES: Hablé con ella sólo una vez, mitad en inglés mitad en hebreo, mientras miraba junto a otros congelados, una especie del Show del Mediodía ruso, con estética RAI. Como es de suponer, no entendí nada del show, aunque debo admitir que las canciones eran bastante pegadizas. Algo como la melodía del Tetris remixada y fusionada con La Internacional. Ahora me la cruzo por los pasillos. Yo le sonrío y ella me sonríe. Creo que es la comunicación más auténtica que he encontrado con alguien de la ex URRSS

AHORA: Chica amable y bastante tonta.


Iosi, Jasi, Moti, Chucky:

ANTES: Hay un par de israelitas que se llaman así. No los conozco bien porque entran y salen todo el tiempo y no se ven muy felices. Casi todos estudian Computación y aburrimientos derivados del chip.

AHORA: Distingo enter Tzaji, Moti, Iosi y Asaf. A los que mas aprecio les tengo es a Iosi y a Asaf. Buenos pibes. Les gusta la buena vida.


Judith "Piaf":

ANTES: Francesa ella, con 18 anos, estudia diseno y usa una bata mientars recorre los apestosos pasillos del campo de refugiados. La profesora nos comento que cuando llegó al país era una rica chica, con el pelo largo y que no sabe lo que le pasó porque ahora está gordita, se cortó el pelo, y anda descuidada en sus atuendos por ahí.
Hablé con ella una sola vez, en un inglés bastante precario, y me pareció buena gente. Apuesto un snitzel va tzalajat (milanesa de pollo al plato) a que no se depila!


AHORA: Tiene un novio nuevo cada semana.
Nota mental: Ayyy, los dieciocho anos, quien pudiera volver a sentir toda esa angustia existencial y descontrol hormonal al menos por un dia.


Enana maldita y su criado:

ANTES: Pelo blanco, mirada criminal, cero por ciento de felicidad, la enana maldita camina por los pasillos como un fantasma. La acompana un ruso desgarbado y consumido por servicios sexuales no deseados. Me dijeron que corta el pelo por unos vintenes… seguramente por mucho menos te corte la yugular.


AHORA: Muy buena onda. Un par de veces me prestaron su computadora para que no perdiera contacto alguno con Uruguay. Incluso hasta me anime y deje que la Enana Maldita, apodada actualmente VALDERRAMA, me cortara el pelo. El resultado es obvio. No me mató, pero mi cabeza se parecía a un jardín con las flores arrancadas.


Mea Vitali:

ANTES: Pelado, un ojo que se mueve, tiembla, nervioso, incapaz de controlar. Come papas hervidas y ocasionalmente me presta la computadora para chequear mails. Detrás de su amabilidad se esconde un pasado tortuoso. Huye de algo, se escapa de un hijo que dejo en Bielorusia, de una mujer, de la pobreza, de la desesperanza, de la violencia, del pogrom mental, del estallido social, de su propia sombra.

AHORA: Sigue Pelado, pero el ojo está más tranquilo o ya me acostumbré a ello.
Trabaja como mozo en un importante hotel y siempre dice: Leat, leat, que significa en Hebreo "despacito, despacito"
Su característica mas sobresaliente es que garronea cigarros por doquier. El dia que este pelao se compre una caja de cigarros se termina el conflicto entre israelies y palestinos.


Adriana y Adrián:

ANTES: Víctimas orientales del campo de refugiados. Dos estudiantes que intentan proteger su máximo tesoro en la Tierra Prometida: dos "yogures" Dos talismanes lácteos, dos monedas con cuatro caras: la propiedad, el alimento, la dulzura y la pureza

AHORA: Conociendo mas a fondo a Adriana no dudo que en aquella ocasion se haya comido el yogur en plena borrachera y que luego se hubiera olvidado de todo.
Adrian, bajo el influjo de alguna sustancia psicotrópica todavía no se enteró que está en Israel y la última vez que hablé con él pensaba que era el Mesias.



Y mientras todo sucede, mientras la vida avanza temerosa y negligente a través de los pasillos del campo de refugiados me encuentro de improvisto con los recuerdos.
Y avanzo en la carrera, me adelanto por el costado, tomo el lado más corto de la curva y me pongo a tiro. Recuerdo entonces la conversación que escuché la primera noche de mi estadía. Aún siento cómo las palabras rebotan en mi cabeza, se mueven de un lado al otro, moviendo los resortes que hacen que mis pensamientos fluyan en todas las direcciones.
Aún hoy los escucho. Discutían fechas, apostaban entre ellos, y se jugaban la ropa a que la guerra estallaría este ano. El ataque iraní es inminente. Al Qaeda va a volarnos en mil pedazos. El Hamas es gobierno y nos van a arrastrar hacia el mar mediterráneo, van a subirnos a la balsa de Caronte y a llevarnos lejos, entre ríos de lava y oxígeno dinamitado. Claro que también está la bomba nuclear, la magnífica explosión, un hongo alucinógeno que asegura un mal viaje, nada más ni nada menos que la ceguera total.



Y aquí estoy yo, a cientos de kilómetros de la franja de Gaza, escuchando en la radio, o mirando por televisión, los enfrentamientos entre el ejército isareli y las milicias palestinas. Me levanto y descubro que al final mataron al colono isareli secuestrado. Me levanto y descubro que estoy en Israel y que pese a eso, la mayor parte del conflicto se vive como si estuviera en Uruguay.
No importa que a cientos de kilómetros terroristas bombardeen una ciudad isareli con misiles Kazam casi todas las noches. No importa que los tanques israelies hayan entrado a la fuerza, destruyendo casas y puentes, dejando a miles de familias palestinas sin agua ni luz.
Yo estoy en la apacible y por momentos bizarra ciudad de Holon, cerca de Tel Aviv, ahí donde las discotecas abren las 24 horas, donde la fiesta sigue en los bares en las playas, debajo de los grandes hoteles cinco estrellas, de los altos edificios de oficinas, donde los problemas parecen tan lejanos, y el cielo está un poco mas cerca.
Claro que esto no es todo, porque cada tanto explota algún bar y vivís con la sensación de que la próxima vez puede ser un ómnibus. Quién sabe?
Y el miedo se apodera de todos. En las ciudades, en los kibutzim, en las aldeas arabes, en las universidades, en las ferias, y hasta en los campos de refugiados.
Y los que alguna vez fueron distintos, de pronto se convierten en iguales, y los que alguna vez fueron amenaza, son tus aliados. Porque si bien el miedo te separa en los prejucios, te une en las diferencias.
Y al final, el miedo es todo lo que nos queda, mientras afuera del campo de refugiados la vida sigue su curso, como en un hormiguero, como en un pantano, como en un desierto, o el fondo del mar.