En tierra de nadie

Estoy rodeado de lagartijas. Entran y salen por los recovecos del bano. Las escucho moverse, sigilosas, detrás de mi espalda. Cuando me doy vuelta no hay nadie ahi. Desaparecieron. A veces abro una puerta y diviso una cola que desaparece en milesimas de segundos. Ahi, estan, estas malditas lagartijas disfrutando de las bondades de mi alquiler. Ahi estan, salen y entran como si fueran los amos de casa, no tienen modales, carecen de buenos habitos y la unica educacion que conocen es la de sobrevivir como sea.
Cuando puedo divisar una, me quedo quieto, la imito, y aprovecho para observarla. La otra vez me cruce con una lagartija bebe. Era pura membrana. Pálida, casi transparente. Le faltaba el líquido amniótico y una posición fetal para confundirse con un fracasado proyecto de colanacion humana.
Ahi están las lagartijas. Se mueven por todos lados. Saben que estas cuando tú ni siquiera te diste cuenta de tu propia existencia. Son rápidas y esperan por ti. Sólo quieren que las veas. Que mires su cola, su liviano cuerpo, que conozcas su existencia, para luego dejar una huella invisible en una pared semi destruida.