EL PERRITO QUE REÍA

¿Se puede sobrevivir como escritor?

Nombre: El perrito que reia
Ubicación: Vanuatu

Me levanto con los ojos rojos.

sábado, setiembre 03, 2005

UNA TARDE DE RESACA CON HENRY MILLER

Miller me observa desde la puerta del cuarto. Parece como si quisiera entrar pero no se atreve.
Maldice en voz baja y desparece. Lo escucho en el comedor. Va hasta el bar y tantea a través de las cajas cuál de las botellas de whisky están llenas. Descubre al final una de Caballito que está por la mitad. Lo sé porque es la única que aún conserva el precioso líquido dorado.
Después escucho los pasos que lo llevan a la cocina. Siento el agua correr a través de las cañerías y atravesar la canilla con la furia del tiempo. Lava un vaso y saca el hielo de la heladera. Le da unos golpecitos a la hielera para que el hielo se desprenda del plástico, pero no tiene suerte. Abre la canilla y deja correr el agua tibia. Los hielos finalmente abandonan la rigidez y comienzan a derretirse.
Ahora los hielos bailan adentro del vaso, entre una marea de whisky, y Miller vuelve al comedor y se echa en el sillón, frente a donde está la computadora y un póster de una película porno de los años sesenta.
Lo escucho gritar, con el único fin de que me despierte de una buena vez:

- Insólito: encuentran el original de Primavera Negra de Henry Miller en el culo de una modelo argentina que se cayó de la pasarela del desfile de Giordano en Papúa Nueva Guinea producto de una descompensación porque extrañaba a su abuela en Misiones. ¡Esto es una mierda! "Cualquier progreso que haya en la vida, no proviene de la adaptación sino del atrevimiento, de la obediencia a la urgencia ciega” es por eso que mi original ha terminado en el culo de una modelo. Ese es nuestro destino, pasar la eternidad en la oscuridad más absoluta, condenados por el simple hecho de haber sido iluminados en un determinado momento de nuestra vida.

Floto a través del pasillo hasta que llego al comedor, sigo sus pasos y al rato estamos frente a frente. Me dice que en Uruguay no hay mujeres lindas. Le contradigo. Vuelve a atacar. Miller está encendido y yo tengo resaca. De todas maneras no me acobardo y le ofrezco resistencia. Lo acompaño con el whisky.
Como tengo el estómago vacío cada trago es otro golpe bajo sobre el ring vital. Pero no me importa. Miller significa mucho para mí y no pienso defraudarlo.
Repite una y otra vez que no hay mujeres lindas en Uruguay. Entonces agarro la agenda y llamo a Natalia. Al rato llega. Compruebo que Miller tenía razón. La luz del día le dejan ver en los cachetes residuos de acné, es chueca, está pálida y no tiene gracia alguna.
Chau Natalia.
Voy por una segunda oportunidad. Tengo que demostrarle a Miller que sí hay mujeres hermosas en mi país. Busco en la agenda y encuentro a Gabi. La llamo a la casa. No contesta nadie. Intento con celular y al rato tocan timbre.
Es Miller el que abre la puerta esta vez. Frente a él está una mujer de un metro cincuenta y cinco, y aproximadamente setenta kilos, todos ellos alojados en la cadera y en el culo.
Chau Gabi.
Recurro a la inexacta pero esperanzadora frase que señala que la tercera es la vencida. Las páginas amarillentas avanzan una a una y caen frente a mí como hojas de otoño, hasta que encuentro a Ximena sola en la X. Debe necesitar compañía, pienso, y sin dudarlo la llamo.
Me atiende Silvia. Me dice que viven juntas y que Ximena no está, que bajó a hacer un mandado, que la llame en cinco minutos.
A los diez minutos pruebo una vez más y me atiende Ximena.

HolaXimenaquéhacéscómoandássoyMartínteacordásdemínosconocimoseneltoquede
JamesBrownenelConradvoserasencargadadelassillasdelfondoyyofuiahacerunanota
paralaradiobuenoresultaquemeacordédevosydelobienquelapasamosesanocheypensé
sitegustaríaveniracasaatomarunvinitoademásestámigranamigoHenryMillerqueacaba
dellegardeviajeyquieroqueloconozcasporqueesungrantipoalgoamargoperobuenagente
sepuedehablarconélysiqueréspodésdecirleatuamigaSilviaquevengahoydetardelapodemos
pasarmuybientengovinoyestáHenrymiamigoyvoyaestaryoyvasaestarvosyjuntospodemos
pasarlabienporquelavidaestáparadisfrutarlaynosabemosquépuedesucedernosmañana

taquébueno

dale

nosvemosenunratito


Una hora después les abro la puerta a Ximena y a Silvia.
Silvia es alta y corpulenta. Parece una mujer gigante. Todo en ella es grande. Tiene el culo inmenso y no sé cómo es que su columna pude soportar el peso de sus tetas. Silvia es toda una equilibrista.
Ximena es de apariencia normal. Morocha, ojos negros, cejas negras y un recuerdo de bigote que debe afeitar con cierta frecuencia.
Miller va por la grandota, la toma de la cintura y enseguida hunde sus manos en el culo.
Al rato comienza a besarla y a quitarle la ropa.
No me quedo atrás y arremeto contra Ximena. La llevo hasta la pared. Me agarra de los huevos y me mete la lengua hasta la garganta.
Le desabrocho el jean y se lo bajo hasta las rodillas. El invierno me recibe con más pelos de los que debería haber, pero no me importa, estoy caliente.
Me pongo el condón y empezamos a hacerlo.
Miller está recostado en el sillón. En una mano tiene el vaso de whisky y con la otra le acaricia el pelo a la mujer gigante que se la está chupando con devoción.
Sin embargo Miller está acabado. La pija no se le para y comienza a maldecir a gritos.
Menciona a Hemingway, suplica por un arma y dice que quiere volarse los sesos.
Enseguida aparta a Silvia de su lado y se encierra en el baño. Le hago señas a Silvia para que nos acompañe a Ximena y a mí. Viene y me quiere besar. Pienso en que segundos antes estuvo chupándosela a Miller y muevo la cabeza con desesperación. Pero la hija de puta insiste y pone los labios contra los míos.
Ximena se mueve desenfrenada pero a esa altura ya es imposible, sólo pienso en la pija de Miller y la mía inevitablemente se va al descenso.
Aparto a las dos de mi lado y voy hasta el bar. Me sirvo otro vaso de whisky y a medida que el alcohol hace efecto las veo cada vez más feas. Miller tenía razón. El proceso es inverso. Cada trago las afea un poco más. Siento náuseas y voy hasta el baño. Pero la puerta está cerrada. Escucho a Miller llorar desconsoladamente. No aguanto más y vomito todo el pasillo.
Dos monstruosas criaturas me miran y se ríen desde el comedor. Las carcajadas retumban a través del pasillo y penetran mis oídos hasta que pierdo el sentido.
Me despierto entre el vómito y la sangre. El olor ácido de la degradación invita a la náusea. Voy hasta el baño y vomito recuerdos. Cada náusea me golpea el esófago. Me duelen los huesos y tengo el pelo duro de sangre seca.
Voy hasta el comedor. El teléfono está descolgado. Mi agenda está rota al lado de Primavera Negra, de Henry Miller. Abro el libro y el azar me regala la síntesis perfecta de una tarde para el recuerdo y para el olvido:

“¡Basta de espiar por el ojo de la cerradura! ¡Basta de masturbarse en la oscuridad! ¡Basta de confesiones públicas! ¡Qué salten las puertas de sus quicios! Quiero un mundo en el que la vagina esté representada por un rudo y honesto tajo, un mundo que sienta por los huesos y los contornos, los crudos colores primarios; un mundo que sienta miedo y respeto por sus orígenes animales.
Estoy harto de ver vaginas coquetas, disfrazadas, deformadas, idealizadas. Vaginas con las puntas de los nervios al aire. No quiero ver a las muchachas vírgenes masturbándose. En el secreto de sus habitaciones, o comiéndose las uñas, o arrancándose el pelo o echadas durante todo un capítulo en una cama llena de migas de pan.
Quiero los palos funerarios de Madagascar, con un animal encima de otro y en la cúspide Adán y Eva con un rudo y honesto tajo entre las piernas. Quiero hermafroditas que sean verdaderos hermafroditas, y no falsarios que caminan con penes atrofiados y vaginas secas. Quiero una pureza clásica, donde la porquería sea porquería y los ángeles sean ángeles"

Gracias Henry. Espero que hayas llegado bien a tu casa, donde quiera que esté.

9 Comments:

Blogger Azazel said...

Lindo, bizarrito pero agradable.

Nunca escribiría nada parecido pero voy a seguir leyendo seguro.

Permiso...

9/04/2005 03:50:00 a. m.  
Blogger Psicosputnik said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

9/04/2005 08:48:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

EL Nene,
a las 3.30 pm se te dá por escribir todo esto? tenés el bocho podrido... jeje.
Esto está jot, está oscuro, está resentido, y está tan bien relatado q parece un corto audiovisual. Qué grande Nene!
Tengo q decirlo, tengo q defendernos, decile a Henry q estas 4 mujeres no son las representantes de todas nosotras. Autobombo?!
[El Nene: no mires las pág amarillas, no ábras tu agenda olvidada, no llames a tus ex's; el horóscopo te avisará el día en q aparezca tu anhelada hermoza mujer].
Te digo la verdad, le acabo de mandar un mensaje a 3 amigos para q entren a leer este infierno: u r on fire!

9/04/2005 08:54:00 p. m.  
Blogger Jean Georges said...

Espero un llamado para la próxima, en la que venga la tercera. Prometo tomar menos que Henry, pero no abandonar a la gigante en el sillón.

9/05/2005 02:57:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy totalmente de acuerdo con cricri...exelente relato querido amigo!!!

Y...en esas noches de mucho licor no estaría bueno además de conseguir un par de teléfonos tener la cámara digital a mano para evitar sorpresitas desagradables y tal vez poder decir con certeza: te equivocaste Henry, te equivocaste!!!

9/05/2005 11:46:00 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

recién estoy leyendo "Trópico de Cáncer" (voy por la pág 50) y Henry Miller me está cayendo bastante mal.

Me alegro que no se le haya parado.

9/06/2005 09:33:00 a. m.  
Blogger Psicosputnik said...

Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

9/06/2005 02:16:00 p. m.  
Blogger El perrito que reia said...

por qué siempre las grandotas qué?

9/08/2005 04:34:00 p. m.  
Blogger Cabaret said...

muy bueno, demaciado bueno

9/14/2005 07:26:00 p. m.  

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