La Locura
Erasmo descubre que a su lado descansa la Locura. Parece inmersa en pesadillas. Decide levantarse de la cama sin hacer el menor ruido. No quiere molestarla. Aún sabiendo que su compañía no la está pasando nada bien.
Cada uno de sus movimientos es cuidado hasta el límite de la perfección. Se adueña del silencio. El movimiento apenas parece contaminar la inercia.
Cuando al fin consigue apartarse de la cama, siente un misterioso llamado.
- Erasmo, Erasmo... - repite una voz que le suena familiar.
La voz proviene de algún sitio de la habitación. Mira hacia arriba y se encuentra con el techo blanco, la lámpara y su sombra.
Las paredes húmedas de la habitación permanecen inalterbales (¿por qué hay rejas en las ventanas?). Sólo en la cama algo ha cambiado. La Locura ha desaparecido y es su propio cuerpo dormido el que ocupa ese lugar.
Quiere ir hacia él, tomarlo de las manos, despertarlo, pero moverse le resulta imposible. El miedo se apodera de su existencia. Su propio cuerpo se retuerce, tiembla y sufre una condena oculta. La pesadilla se adueñó de su propia experiencia y, hasta que no suene el despertador, es violado una y otra vez por la Locura, que sin vacilar, se mueve de un lado a otro de la cama haciendo el mayor ruido posible sólo para despertarlo
Cada uno de sus movimientos es cuidado hasta el límite de la perfección. Se adueña del silencio. El movimiento apenas parece contaminar la inercia.
Cuando al fin consigue apartarse de la cama, siente un misterioso llamado.
- Erasmo, Erasmo... - repite una voz que le suena familiar.
La voz proviene de algún sitio de la habitación. Mira hacia arriba y se encuentra con el techo blanco, la lámpara y su sombra.
Las paredes húmedas de la habitación permanecen inalterbales (¿por qué hay rejas en las ventanas?). Sólo en la cama algo ha cambiado. La Locura ha desaparecido y es su propio cuerpo dormido el que ocupa ese lugar.
Quiere ir hacia él, tomarlo de las manos, despertarlo, pero moverse le resulta imposible. El miedo se apodera de su existencia. Su propio cuerpo se retuerce, tiembla y sufre una condena oculta. La pesadilla se adueñó de su propia experiencia y, hasta que no suene el despertador, es violado una y otra vez por la Locura, que sin vacilar, se mueve de un lado a otro de la cama haciendo el mayor ruido posible sólo para despertarlo
7 Comments:
re loco lo tuyo man..
rrrrrrrrrrrrriiiiiiiiiiingggggggggggg
rrrrrrrrrrrrrrriiiiiiiiiiiiingggggggggggggg
rrrrrrrrrrrrriiiiiiiinnggggggggggggg
arriba muchacho!!! ya es hora de levantarse!!!
estoy harto de los anónimos
chau
me voy a comprar jamón y muza para hacer unas milanesas napolitanas
qué jodona la locura
qué angustia la de Erasmo queriendo despertar su propio cuerpo, tomándose las manos. Si no lo despertó la locura ni él mismo, ¿quién lo despertó, perrito? ¿el despertador?
irina
¿y quién le hizo las milanesas?
Nadie me quiere...
A mi tampoco...
Eres muy bueno, un especialista en la pesca de mentes interesadas, necesitamos esa agua que tienes y que nos puedes dar, garcias y que la mina de tus sueños no se agote nunca, lástima que vivamos tan poco,nuestro disco duro está hecho para más tiempo,adelante amigo.
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