EL PERRITO QUE REÍA

¿Se puede sobrevivir como escritor?

Nombre: El perrito que reia
Ubicación: Vanuatu

Me levanto con los ojos rojos.

martes, noviembre 28, 2006

Años luz

Cuando Henry Miller vio que había escrito demasiado se hizo viejo.
Cuando se dio cuenta de todo lo que había vivido se murió.

jueves, noviembre 23, 2006

Paisaje perdido

El hombre sandía muestra los dientes y escupe semillas. A su lado el conejito azul, que tiene un osito jugando con una pelota estampado en la remera, no hace otra cosa que maldecir por el estado del tiempo.
El Quijote dejó los libros de aventuras para pasarse a una fina selcción de los mejores números de la revista HOLA.
Hola, sí, donde la hija de una estrella confiesa que está enamorada desde hace miles de años de un agujero negro.
Los pies se confunden con el cerebro, los ojos apenas estallan en un verde opaco, y las manos se parecen a dos racimos de uvas. El pequeño gran monstruo quiere saltar por la ventana y lo detengo. No dejo que lo haga. Me interpongo entre él y el abismo. Pero mi fuerza es excesiva. Lo arrugo y hecho una bola, lo tiro a la papelera.
Fijo mis ojos en la pantalla, y a mi derecha cae rendido el escritorio. Faltan miles de horas para el último golpe.

domingo, noviembre 19, 2006

Yeahhhhhh

De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo... pongámonos de acuerdo y dejemos esta pequeña disyuntiva de lado. No es necesario quemar el jardín de enfrente ni lapidar a la mucama de los vecinos. La solución está en ese té que llevan algunos sobre la cabeza, ese té envuelto para regalo en una deliciosa tasa de porcelana china que pretende ser dragón y no llega ni a gusano. De acuerdo, es hora de abrirle el pecho al centauro y ver si de allí es que proviene la lluvia de brillantina que no nos deja mirar el partido de fútbol los domingos a la mañana.
De acuerdo, de acuerdo, yeahhhhhh, no pretendas que yo sea como los demás quieren que sea, bastante tengo con tener que dejar de ser lo que quiero ser y convertirme en el otro que mira desde el largavistas.
Sí, ese soy yo, ¿me ves?

martes, noviembre 07, 2006

Paraguas abiertos

Comencemos con lo que sería una bolsa de basura repleta de palabras brillantes. Comencemos con algo que limpie de una buena vez por todas el polvo debajo de la alfombra voladora. Comencemos con una primera palabra. Sigamos con la segunda y así sucesivamente hasta alcanzar la completa felicidad.
Construyamos estructuras que permitan resguardarnos en las noches de tormenta y lobos sueltos. Derribemos las olas y hagamos sumiso al viento. Robemos a los ladrones. Asesinemos a los asesinos. Y comencemos de una buena vez a escribir en cámara lenta, a disfrutar del paisaje y a ordeñar la vaca sin lastimarle las ubres.

viernes, noviembre 03, 2006

Son sólo malas noticias!

Patos... veo patos empetrolados expuestos en una vidriera que anuncia los descuentos de final de temporada. Las luces del shopping center se apagan y en el ring recién armado, allí donde antes había un gran estacionamiento, el campeón tira la toalla.
El sol comienza a asomar a través de la pantalla de televisión. !Es la hora del desayuno! Y los patos siguen empetrolados esperando un lugar en el cielo.
Acababa de soñar con una inmensa marquesina y luces de neón, cuando la tierra se partió en mil pedazos. Quedé atrapado en una jaula, al lado de dos leones, uno de ellos hambriento, el otro embalzamado.
Era una jornada envidiable en todo el universo, uno de eso días que no merecen ser desperdiciados. Me acerqué a la boca del león embalzamado y le rugí. El otro se asustó y se quedó quieto en su rincón. Abrí la puerta y aparecí en la azotea de un edificio. Podía tocar las nubes y escribí mi nombre en una de ellas. Luego salté y aterricé en una playa desierta. Los patos estaban limpios. A lo lejos la marea negra se convertía en un monstruo gigante. Lo vi alejarse mientras el sol se escondía, esta vez, adentro del cajón de la mesita de luz.
!Es la hora del desayuno! alguien gritó... Pero no tengo hambre. Sólo veo patos empetrolados.