EL PERRITO QUE REÍA

¿Se puede sobrevivir como escritor?

Nombre: El perrito que reia
Ubicación: Vanuatu

Me levanto con los ojos rojos.

lunes, agosto 29, 2005

LA PESTE Y VIEJOS TRUCOS PARA MANTENERSE A FLOTE

Las palabras se propagan en la página vacía como una peste, van llenando cada espacio de ideas, y el aroma a humedad se confunde con el de la tinta.
La timidez de los primeros vientos que anteceden a una tormenta es la misma que va largando en pequeñas dosis el líquido infecto, la sinopsis del próximo estreno del invierno, una remake mal hecha, una mala adaptación de un libro que ya leímos hace tiempo: la peste.
Está en cada rincón de la casa, en cada esquina del barrio, en cada zona de la ciudad, en cualquier capital del mundo, y viaja anestesiada a través del universo.
Duelen los huesos. Una prensa te oprime la sien y la mandíbula se envicia en desencajarse de la matriz. Todo es falso mientras afuera brilla el sol y la gente corre de un lado al otro en busca de un té completo para dos.
El papel escasea y el hundimiento es el único destino posible. El aire cálido que sale de los pulmones se congela entre los témpanos de la ciencia. El cuadro está por terminarse pero el artista cae y la obra queda inconclusa. El museo abandonado de las obras sin terminar espera el pincel de otro suicida.
Recuerdo entonces la fórmula mágica: 500mg de paracetamol, 30mg de cafeína, 200mg de ácido ascórbico y 3mg de maleato de clorfeniramina.
Baja la fiebre, calma el dolor, descongestiona, reanima y no daña el estómago. La salvación está en mi boca, y navega a través de mis conductos arrastrada por el vital carmesí sangriento. Hay una guerra adentro mío y estoy perdiendo a mis aliados. Necesitan refuerzos. No hay radio, pero hay sueños. !Fluyen las pesadillas en la fiebre!
Las órdenes llegan confusas al campo de batalla. Los disparos atraviesan mi nariz y se pierden en el mundo exterior.
La peste avanza una vez más en la conquista del universo. Se transforma como las palabras, que adquieren y pierden el sentido según la circunstancia. A veces reposan en falsos sillones rodeados de sonido dolby digital, otras deambulan por los pasillos de una gran biblioteca.
La peste avanza mientras nuestro tiempo retrocede. Se escurre el trapo sucio y caen las gotas de transpiración sobre la alfombra perversa de la cobardía.
Sin embargo algo me hace reaccionar. Se esconde en el átomo el instinto de supervivencia. Es la negación del odio, la sobredosis del amor, la luz que quiebra la oscuridad y la convierte nada más que en sombras. La pastilla crece sin parar y se agiganta. Te rompe el hígado y el páncreas y la bilis se derrama en el cáliz de la vida.
El rezo ha sido escuchado y la palabra bendita hace eco en los oídos del todopoderoso.
Has sido juzgado y sentenciado. El final se acerca y no hay nada que puedas hacer para evitarlo. Sin embargo estiras la mano y pruebas de nuevo. La pastilla se deshace entre la lengua y el paladar. El gusto amargo de la existencia se materializa. La lucha continúa. Te haces fuerte entre la debilidad absoluta y consigues una tregua. Un mes, un año, a lo sumo dos, hasta que una vez más, agazapado entre la multitud, la esperes tocar tu puerta.

jueves, agosto 25, 2005

DÍA DE LECTURA

Tengo ganas de leer. Hoy 25 de agosto. Me levanté al mediodía. La boca seca. Contracturas varias. Dolor de cabeza. Ganas de vomitar.
Me di una ducha y salí hacia el mundo. Un café y un perifar migra hacen milagros. Créanme.
Hace unos años sólo necesitaba un perifar común y una coca lihgt. Antes ni siquiera necesitaba eso. A los minutos me sentía bien. La juventud es luminosa, y el paso de los años es un paso hacia la oscuridad.
Lo cierto es que ahora tengo ganas de leer, y tú serías de gran ayuda. Porque lo que quiero leer son historias de la noche. Quiero oler tus tripas.
Mi noche estuvo muy bien, aunque pudo haber estado mejor. Pero no voy a entrar en detalles.
Hoy tengo ganas de leer. Así que dale duro a las teclas y regalame unas palabras. Hoy espero, y mientras tanto pienso en la nada y otras cosas.

viernes, agosto 19, 2005

DÍAS EXTRAÑOS

Días extraños son los que atraviesan los calendarios. Son agujeros en las hojas, entre marcas de lapiceras y manchas de aceite. Días extraños, como las primeras hojas de otoño, esas que pasan desapercibidas y sin embargo están ahí.
Días extraños, cuando no me dejo atrapar por el televisor. Cuando escribo hasta que los ojos me arden. Cuando no me preocupa lo que pueda llegar a suceder mañana. Cuando me despierto liviano.
Es tan simple distinguirlos. Basta con elegir un disco que solíamos escuchar a menudo y que después dejamos de hacerlo durante mucho tiempo. Basta con redescubrir las pequeñas cosas que tanto nos hacían felices. Días extraños, cuando las palabras fluyen. Basta con mirarse al espejo. Te ves luminoso. Todo parece ir sobre ruedas. El camino es en bajada pero sientes que subes paso a paso.
Son los días en que escucho a Coltrane en cada ausencia de caño de escape. O a Miles Davis que me dice que son siete los pasos al paraíso. Me hipnotizo con My Funny Valentine, cada vez, como si fuera la primera. So what.
Son días extraños. Y no voy de un lado al otro sin preguntarme cuál es la urgencia. No almuerzo parado. No corro el ómnibus. Dejo que pase uno si va lleno. Me alimento del aire, del espíritu de la ciudad, me vuelvo sordo a los ruidos y escucho los susurros. Las grietas de los edificios me hablan. Me cuentan historias. Me dicen que les pertenezco. Días extraños. Cuando elijo no subirme al ascensor. Cuando prefiero las escaleras. Cuando leo algo que escribí hace tiempo y me gusta.

"El zumbido de una mosca en la madrugada puede llegar a enloquecerte. Una gotera también, aunque existen recursos para sobrellevar ese tipo de tortura. Si el goteo es sistemático, uno puede llegar a imaginar el tic tac de un reloj, la suave cadencia de los segundos, el cianuro vital, y así entorpecer los sentidos.
Sin embargo el zumbido de una mosca es una trampa sin salida. Podría imaginar si quisiera el caño de escape de una motoneta, o el torno de un dentista, pero ninguno es capaz de sumergirse adentro de la oreja y penetrarte como un violador alado.
El mismo zumbido que en el día puede parece imperceptible en la noche se convierte en el sonido del infierno. Sólo falta que la bestia muestre sus colmillos afilados. Pero no lo hace. Porque no hay bestia. Es un enemigo mucho peor. Casi invisible. Aparentemente inofensivo. Es un pequeño insecto con un pequeño zumbido que en la noche se convierte en un gran demonio con un gran alarido.
El zumbido de una mosca en la madrugada puede llegar a enloquecerte si no estás loco, y si lo estás también. Porque no hace diferencias, porque desconoce la razón y la locura, porque no distingue el bien ni el mal, no sabe de moral ni de religión, es tan sólo sangre y angustia, soledad y dolor.
Las noches están hechas para apagar los circuitos y desaparecer en el sueño de algún otro. Las noches no están hechas para la locura. Es la locura la que se entromete en las noches y hace de ellas un concierto absurdo, donde los instrumentos tocan seres humanos desafinados mientras las notas se mueven al impetuoso compás de una cortina que se agita con el viento"


¡Ah, qué bien que me siento al leer este tipo de cosas! Se trata sólo de palabras, residuos ornamentales del pensamiento, como las suelo llamar, pero qué bellas que son. Qué increíble capacidad tienen de transformar algo simple en algo majestuoso.
Son los días extraños quienes nos enfrentan a nuestra mentira cotidiana. Nuestro hecho vital no es más que la realidad del otro. Y la mentira del otro no es más que nuestra propia realidad.
Puedo brillar un día a la semana porque durante los otros seis soy oscuro. De brillar todos los días jamás me percataría de ello. Lo mismo te sucede a ti. Puedes permanecer en la sombra un día, porque brillas el resto de la semana. O quizás sea a la inversa.
De todas maneras no importa demasiado. Lo único que importa son los días extraños. Cuando no hay hambre ni sed. La luz ilumina la masa. El diablo se va de vacaciones. Desaparecen la angustia, la culpa y el pecado. Lo único que queda es el universo. Una inmensidad que se arrodilla frente a ti y te ofrenda el sol y el océano, como si fueras el rey de todo lo que existe y el esclavo de lo que no.

martes, agosto 16, 2005

¿Cuál es el fin del fin?

En los últimos años, el ser humano ha evolucionado mucho más hacia el SER que hacia lo HUMANO.

La filosofía, etimológicamente: el amor por la sabiduría, encuentra en los albores del milenio su máximo estancamiento luego de los oscuros años medievales, donde los cuestionamientos basicos sobre el sentido de la vida se vieron opacados por respuestas absolutas sumergidas en la fe cegadora de la razón.

Hoy, la alienación del individuo con su condición, fundada en un consumismo feroz, nuevas tecnologías y los medios masivos de comunicación, trae como consecuencia directa seres apáticos sin capacidad de razonar por cuenta propia.

El ser humano pasa por el mundo sin cuestionarse el por qué de su estadía. La obsesión por lo material le impide despegar hacia el mundo de las ideas. Lo terrenal lo atrapa como si fuera una red, y el hombre es pescado sin siquiera ser pez.

El hombre es pescado por pescados, porque el ser humano se ha convertido en un pescado, una insignificante existencia al borde de un muelle, condenado a muerte desde el día de su nacimiento, con el anzuelo aún clavado en el cuerpo hasta el momento de la última bocanada de aire contaminado, de aire mortal.
Y es en este caótico panorama que lo único que el ser humano alcanza a cuestionarse es lo siguiente: ¿Cuál es el fin del fin? ¿Qué sentido tiene cuestionarse el sentido de las cosas?

Ante la falta de respuestas, la mayoría prefiere entonces deslizarse por la superficie, surfear en playas artificiales. De esta manera no hay riesgo de ahogarse si uno se sumerge en la profundidad de las cosas, o en el peor de los casos, no hay riesgo de ser atrapado por la carnada del conocimiento.
Sin embargo el conocimiento no debe ser visto como una carnada, debe ser visto como la liberación absoluta.
Si los peces se comunicaran entre sí lo primero que harían sería alertarse sobre los anzuelos. Pero no lo hacen. Nacen peces y mueren pescados.

Nosotros los seres humanos en lugar de enriquecernos, de aprovechar la oportunidad histórica de alcanzar profundidades nunca antes logradas, le damos la espalda a miles de años de conocimiento ocultándolo en edificios lúgubres y estantes llenos de polvo.

Preguntarnos solamente cuál es el fin del fin, es precisamente llegar al fin del ser humano tal cual lo conocemos. Es el primer paso para dejar de ser humano y sólo ser.

sábado, agosto 13, 2005

Falso testimonio de un ex esposo resentido en el festival nacional del chucrut*

"Señoras y señores, he visto con mis propios ojos a Helena Von Hausen cambiar de lugar dos de los bollones de chucrut que compiten este año por la Jarra de Cerveza Dorada.
Uno de los bollones pertenece a Frida Herzog, viuda del siempre recordado Helmut Herzog, quien dedicó su vida a cultivar los mejores y más grandes repollos que ha dado esta tierra.
Es de público conocimiento la rivalidad que existe entre Frida y Helena. Rivalidad que data de la época escolar cuando ambas se disputaban el amor de este noble hombre que hoy ya no está entre nosotros.
Luego del infortunado deceso de su esposo hace poco más de quince años, cuando le explotaron los intestinos por la acumulación de gases a lo largo de su vida por mantener una dieta a base de salchichas con chucrut, Frida ocupó sus horas más preciosas en perfeccionar la receta familiar del chucrut, hasta ser campeona por catorce años consecutivos.
Helena, sin embargo, se dedicó a engullir alimentos de procedencia extranjera, como ser Big Macs, roscas con chicharrones, pastelitos rellenos de membrillo y galletas al agua con butifarra.
Este tipo de actos a los que nos tiene acostumbrados la señora Helena, deberían terminar de una vez por todas, por el bien de la Villa y por el bien de toda nuestra gran nación germana.
El año pasado la vi subirse al triciclo del nieto de Rudolf Raij (descendiente directo del Conde de Heidelberg) y hacerlo trizas con su peso. Tendrían que haber visto el dolor del niño al ver su triciclo en ese estado, de haberlo hecho no dudarían un segundo en calificar a esta mujer de monstruo desagradable que debe ser erradicado de la faz de la tierra.
A pesar de ser una inmensa bola de grasa blanca con par de ojos rojizos, similar a un conejo inflado, se las arregla bastante bien para hacer sus travesuras.
Pero hay que ponerle coto a Helena Von Hausen, incluso hoy a sus sesenta y dos años de vida. Ayer la escuché hablar mal del chucrut de la esposa del organizador de la Oktoberfest del año pasado. Estas fueron sus palabras: “Tendrían que construir de nuevo el muro de Berlín sólo para mantener ese chucrut alejado de nuestras fosas nasales”
Sus palabras están infectando la buena moral y el sentido lúdico de la competencia. Es la responsable principal de que el aire en la feria esté enrarecido al decir que muchas de las competidoras han firmado un pacto con el diablo para obtener el primer premio.
Ha regado el rumor de que Mefistófeles se pasea de un lado al otro acompañado con un abogado yanqui de origen judío. Eso ha puesto muy nerviosos a los organizadores y al coro de niños cantores del Tirol, que han venido especialmente desde la vecina nación austriaca, y que han desafinado constantemente producto de la inesperada tensión de sus cuerdecillas vocales.
Es por todo esto que yo, Friederick Von Hausen, ex esposo de Helena Von Hausen, hago este llamado de atención en medio de la competencia. No puedo seguir haciendo la vista gorda ante este tipo de sucesos.
Es hora de que la nación alemana vuelva al sitial de privilegio mundial que jamás debió haber perdido y que el chucrut sea declarado patrimonio culinario de la humanidad.
Para ello es necesario eliminar a Helena Von Hausen, quien además se jacta orgullosa de no haber participado por nuestra villa en aquel injusto segundo premio en 1983, en Telematch, emitido por la gran cadena Deutche Welle, cuando en la competencia de cargar barriles de cerveza perdimos por un barril y medio frente al poderoso poblado de Würzburg. Me despido y les recuerdo que en aquella oportunidad yo no estaba borracho sino que en el desayuno Helena Von Hausen me puso pastillas para dormir en las tostadas con chucrut. Ella es la única culpable de todo esto y también del terrorismo islámico y de la masacre de Waco, Texas, y del penal errado por Ruben Sosa por Uruguay en el mundial de 1990 y del vaciamiento del Banco Montevideo, y de que Kevin Costner haya filmado Waterworld, y del Sida y de la gripe Aviar y de la segunda guerra mundial y de que Borges nunca haya ganado el Nóbel de literatura"





* Nota del editor: Este documento me ha llegado de forma misteriosa junto a un libro de geografía de Der Schwarzwald y una antología de los 100 mejores momentos en la historia de Baden Baden, y no podía dejar de compartirlo con todos vosotros. Espero lo hayan disfrutado.

jueves, agosto 11, 2005

La vaca: pánico y locura en el sur del culo del mundo

La vaca no está loca. Me mira. La miro. Nos miramos.
Yo no estoy loco. Es más, no conozco ningún loco. Es más de más, la locura no existe.
Hoy escribo. Y sólo quedará registrado lo que escribí y lo que escriba de aquí en más.
Yo no existo. Por lo tanto no escribo. Tampoco escribí ni escribiré.
Usted no está loco. Usted no existe, la vaca tampoco.
¿Sin embargo, usted lee? ¡Usted lee algo que no está escrito! Entonces usted está loco.
Usted no lee. Si leyera, usted no sería usted, yo no sería yo y la vaca no sería la vaca.
¿Pero, acaso me contradigo? Cómo me contradigo si no me he expresado, si usted no me ha percibido.
Yo no escribo. Yo no existo. Es otro.
Es otro el que está loco. Pero la locura no existe.
No existe.

martes, agosto 09, 2005

Cosas que aprendí del cine en lo que va del año

La casa de las dagas voladoras: Nunca, nunca, nunca pero nunca te enamores de una chinita guerrillera.

Charly y la fábrica de chocolate: No mastiques chicle todo el día, no te cuelgues con la tele y los videojuegos, no seas una persona materialista ni hueca, y tampoco seas golozo. Es mejor ser pobre y honrado (¿dónde escuché esto alguna vez?) o viejo choto.Por otra parte, si vas a ver a un familiar cercano lo mejor es que te cepilles bien los dientes y uses hilo dental.

La Caída: Si pensás en exterminar a los judíos sabé que vas a terminar muy mal. Puede que mates a unos cuantos, pero los tipos siempre se salvan. Así lo ha sido a través de la historia y así lo será siempre. Por algo son el pueblo elegido.

El juego del miedo: Mejor disfrutá de la vida que te toca antes que te agarres cáncer.

La Guerra de los mundos: Lo esencial es invisible a los ojos.

Melinda y Melinda: Todos van al cine para hablar mal de Woody Allen. Es la nueva moda. Tenés que salir del cine y automáticamente decir: "Ya no es lo que era... se repite" Aprendí también que no sólo mi vida es una tragicomedia.

Sr. y Sra. Smith: Nunca te cases con una asesina a sueldo a menos que sea Angelina Jolie y estés dispuesto a morir por amor.

Batman Inicia: Sería genial tener un mayordomo.

24 hour party people: Siempre vamos a haber nacido en el lugar equivocado en el momento incorrecto.

Entrecopas: Puedo ser gordo, feo, bajito y no haber editado una novela, que de todas maneras me voy a ganar una buena minita. La lástima siempre ayuda, al igual que un buen vino.

domingo, agosto 07, 2005

Crónica de un sábado a la noche antes del ataque

Bien, son las 23.39 del sábado. De un momento a otro estaré rodeado de deliciosas criaturas perfumadas. Quizás logré hacerlo con alguna de ellas. Quizás no… es lo más probable.
Lo cierto es que ahora una ilimitada esperanza me ha poseído. Mientras espero la hora de salida escribo. Es lo mejor que sé hacer... y tampoco es tan bueno.
Voy por el segundo whisky. Cuando estoy en casa me doy el gusto y tomo buenos whiskys. Algo raro para la tatucera, pero necesario para mi organismo. Ya no tengo 18 años. Me quedan unos meses para los treinta y el hígado ya está resentido.
Lo cierto es que estoy tomando el whisky de la perdiz. Es muy rico. Lo recomiendo. Soy un hombre de whisky. Lo prefiero a otra bebida. El vermouth es veneno en estado puro, es la bebida que el cuerpo demora más tiempo en eliminar; la cerveza es una puta infestada, te seduce, vas por más y luego pagas con tu propia sangre.
El whisky, sin embargo, es una bebida noble. Etimológicamente quiere decir Agua de la Vida. Siglos atrás se creía que tenía poderes curativos, y vaya si los tiene. Un buen whisky no tiene parangón (esta frase está sólo porque tenía ganas de usar la palabra “parangón”).
Estoy algo tocado. Puedo sentirme más liviano y poderoso. Sé que afuera está lleno de fieras hambrientas pero voy bien preparado. Llevo la cabeza conmigo, y eso un sábado a la noche puede ser la diferencia entre volver o no.
Solía dejarla en casa y muchas veces cometí estupideces varias. Ahora estoy mejor. Estar cerca de los treinta es mejor que estar cerca de los veinte. Físicamente todavía aguantás 15 rounds, y lo mejor es que mentalmente los tomás más tranquilo. Medís al rival y bailas sobre el ring. Cuando sos más joven querés terminar la pelea lo antes posible. Ahora no, disfrutás de cada asalto y la ansiedad no te domina. Eso es muy bueno. Cada fin de año mi único deseo para el año que entra es bajar un poco la ansiedad. Dominando la ansiedad tenemos gran parte de la vida ganada, aunque la derrota sea el único fin posible. Por más que te esmeres vas a salir muerto de esta vida. Así que nena, nene, ponte a brillar, no le niegues el saludo a nadie y disfruta de la noche al igual que el día.
El mundo está repleto de zorras pretenciosas que lo único que quieren es la “seguridad”, como si ello existiera. No se dan cuenta que la condición natural del mundo es el caos, y que el orden apenas es un espejismo, un orden impuesto por la razón para no perder la razón.
Ahora son las 23:51. No sé cómo diablos ha pasado tanto tiempo pero el tiempo pasa, es así de simple y terrorífico.
No sé qué disco poner. Tengo en mis manos todos los discos de los White Stripes, uno de Distillers, Harrison, Beatles, un disco de mi hermana de Maroon 5, la Velvet… pero al final no me decido por ninguno y agarro “My Shared Folder” Me topo con “Echo And The Bunnymen” y arremeto con Lips like sugar.
Me acuerdo de The killing moon y de Donnie Darko, y siento que tengo algo de Donnie adentro. La obsesión con los viajes en el tiempo y la desesperanza, el saber que todo siempre va a ir de mal en peor, no importa lo que haga.
Unos pocos son elegidos para “living la vida loca”, otros para verla pasar por televisión y está el tercer grupo… el condenado asunto de analizar lo que sucede.
Yo pertenezco a ese grupo. He sido bendecido y condenado a la vez. He sido iluminado por sobre la masa deforme y veo cosas que otros no ven. Mi mente sugiere escenarios siniestros, palabras contagiosas, imágenes borrosas sobre la espesa niebla de un futuro anárquico, donde la única ley es que no hay leyes.
Dentro de poco estaré por ahí, de gira con mi caparazón, y seguramente le contaré algo gracioso a una chica, y esa chica se reirá, y juntos la pasaremos muy bien, y alguien que pase por ahí va a pensar que soy un idiota y muchas otras personas que estén por ahí pensarán muchas cosas de mí. Algunas serán correctas, otras simples y falsas deducciones. Pero no me importa. Porque así se mueve la noche. Así se mueve la vida. Somos disfraces en un mundo de espejos. Regalamos amor a quienes no lo merecen y dañamos a quienes nos aman. Todo está patas arriba.
Bien, ahora pongo Candy de Iggy Pop. Eso me pone de bueno humor.
Ya son las 0:01. Es domingo. Debo dejar de escribir, ir por la campera, la bufanda y salir en busca del amor. Uno siempre sale en busca del amor y rara vez lo encuentra. Considérate un afortunado si lo tienes a tu lado. Sin él siempre es invierno y, aunque hayas echado buenas raíces, tu árbol nunca dará flores.
Hoy voy por una flor, aunque sea de plástico, algo va a adornar mi vida en las próximas horas. Quizás seas tú.

jueves, agosto 04, 2005

AMOR Y ODIO EN UNA TARDE SOLEADA


"Nací para robar rosas de las avenidas de la muerte"
Charles Bukowski.

A Bukowski lo aman los camioneros. De eso no hay ninguna duda. ¡Hollywood, querida, vamos a Hollywood! Y en el camino paramos en un bar de camioneros. El típico bar del menú económico a 5 dólares y un gran estacionamiento. Después de todo, los tipos manejan camiones, ¿no?
Entonces Charles pide dos desayunos y uno de los camioneros lo reconoce.
¿Hey, tú no eres Bukowski, el escritor?
¡Eres lo máximo, Chinaski! – Grita un borracho desde una mesa.
Después se junta algo de público alrededor y lo de siempre. Algunos autógrafos por aquí, otros autógrafos por allá. NADA IMPORTANTE.
Bukowski se entretiene mirando al techo. Observa a una sigilosa araña que también lo observa. Un día se hartará y la destrozará dejando una mancha en el techo como recuerdo de la araña que lo observaba. Pero eso todavía no sucede. Ahora Bukowski la observa… y no hace nada más. El disco de Mozart dejó de girar hace rato y la botella de cerveza yace vacía en una silla. Tocan la puerta.
- !Oye Chinaski! – Es el mismo tipo del bar – Tengo un poema para leerte, lo he escrito yo mismo en el retrete.
Otro nuevo poeta que escribe los mismos poemas de siempre. La misma luna y el mismo sol. La misma chica y el mismo amor. ¿Cuánto tiempo? Cien, doscientos, mil años, quizás.
- ¡Debes seguir esforzándote! – Le dice – Pero recuerda que soy Bukowski, no Chinaski.
- Está bien Chinaski – Dice el tipo.
Y después, no sé cuánto tiempo después (EL TIEMPO ES EXTRAÑO), está sentado en un bar.
Las putas aman a Bukowski. Aunque no entienda bien por qué. Es gordo, feo y tiene la cara llena de agujeros, pero de cualquier manera siempre se las ingenia para estar bien acompañado.
Una vez salió con una, se llamaba Jane. Buena chica. Lindo culo, lindas tetas. Hasta que un día Jane murió. Tomaba mucho. Al igual que Hank y Buk y Cel y Mart y Brad y Lou y Tom y Joe y otras personas. Sin embargo ella se murió. Claro que más tarde otros seguirían el mismo camino.
El último encuentro que tuvo con una mujer fue con la señora MUERTE, pero esa es otra historia. Dicen que tiene buenas piernas, pero yo nunca la he conocido.
A Bukowski le gusta fumarse unos Chesters mientras todo pasa a su alrededor.
Un joven escritor está sentado a su lado y le habla de los rusos y de la guerra fría y del invento de la CIA con el rollo del comunismo.
Charles parece aburrido. Asiente con la cabeza y va por la segunda botella de vino.
El joven sigue hablando. No para. Las palabras salen de su boca una tras otra y el aire entra mientras una palabra sale y el aire sale mientras otra palabra sale y así continúa y Charles va por más vino y el joven sigue hablando. Que la CIA en realidad es una sede de la KGB y que los ingleses están en el medio de todo porque son muy inteligentes y los alemanes también. Algo de los chinos por aquí, algo de los israelíes por allá, un poco de Francia y el comunismo y Fidel Castro y el comunismo y Cuba y el comunismo y por último la bomba. La maldita bomba que va a explotar, un día, a las cuatro de la mañana mientras te estés echando el mejor polvo de tu vida.
El joven habla de la bomba y está atemorizado. La bomba que va a truncar todo su futuro está por explotar y nadie hace nada al respecto. A nadie parece importarle. Y las noticias no paran de advertirnos y nosotros, ¿qué hacemos al respecto? NADA.
- Oye, chico, por qué no dejas de joderme con el rollo del comunismo. Me importa un bledo la política. YO NO SOY POLITICO. ¿Me entiendes? ¿Nunca has dejado de escuchar las noticias por más de dos días? Y si el mundo se acaba, ¿qué mierda podemos hacer? Por que no te relajas y miras al techo. No hay necesidad de hablar todo el tiempo de lo que pasa, porque en realidad no pasa nada. NO PASA NADA.
Las noticias te hacen creer que pasa algo. Son todos inventos. Nadie dice Bukowski se tiró un pedo mientras recitaba poesía en la universidad de Carolina del Norte, pero todos dicen que el mundo se va a acabar y que las cucarachas esto y que los refugios nucleares lo otro. ¡Pura mierda!
A Bukowski lo odian los jefes. Es así de simple. Lo odian. El jefe está sentado con los pies encima del escritorio. Tiene una foto de su esposa. Es horrenda. Y otra de sus tres hijos. Son horrendos. Salen a su madre.
Charles está sentado del otro lado y piensa en las fotos. Pobre tipo, trabajando todo el día en una oficina apestosa para llegar a su casa todos los días y enfrentarse a una horrenda esposa con unos horrendos hijos. Y el jefe comienza con el discurso de siempre.
Bueno, Charles, hace años que trabajas aquí y más allá de las cosas buenas y malas que hemos pasado, te consideramos como parte del equipo. Lamentablemente las últimas dos semanas has sido todo un desastre. Has llegado tarde dos mañanas seguidas y te han encontrado varias veces borracho en un bar fuera de la zona que se te encomendó. En el correo somos muy responsables. Hay personas allí afuera que esperan una carta... BLA BLA BLA BLA BLA.
Todo lo que pensaba era en su casa. Estaría con su mujer. Buenas tetas y todo lo demás. Una cerveza fría. Una siesta. Un emparedado. Otra cerveza fría y a dormir. Estaba despedido. ¡Lindas fotos!
Los caballos aman a Bukowski.
Celine está en la largada. Paga bien. 14 a 1. El favorito paga 2 a 1, pero no tiene chance. Celine es un buen caballo. Había estudiado las últimas carreras y el hipódromo estaba de maravilla. Una linda tarde. Algo nublada pero linda. Entonces anuncian la primera carrera. Y ahí estaba, Celine, todo un caballo de carreras.
¡Largaron!!! La gente se enloquece, grita. Celine está cuarto. Primero va el favorito, y segundo está Bandini a dos cuerpos. Bandini paga 6 a 1. Era una buena apuesta.
La carrera es intensa. El Favorito sigue primero y ahora Celine está segundo. El favorito no afloja, mantiene los dos cuerpos de ventaja sobre Bandini y un cuerpo sobre Celine. 14 a 1. ¡Vamos Celine! 14 a 1. 50 pavos es mucha acción. ¡Celine! Son los últimos cien metros. Ahora están cabeza a cabeza. El favorito parece despegarse pero Celine continúa al acecho. 14 a 1. Cien metros. Sesenta metros. Celine toma la delantera. Treinta metros. El favorito lo iguala. Celine. El favorito. 14 a 1, y cruzan el disco.
La gente grita. ¡Celine es el ganador! ¡Oh, sí, ganó el favorito! A esperar la foto.
Y ahí está la jodida foto. Peor que la de la esposa del jefe. Peor que la de sus monstruosas criaturas. En un mundo donde una milésima puede joderte la vida, todo puede suceder.
Los caballos odian a Bukowski. Los lunes odian a Bukowski. La gripe odia a Bukowski. Los cantineros odian a Bukowski. Los perros odian a Bukowski. Los directores de cine odian a Bukowski. La Navidad odia a Bukowski. Las marionetas odian a Bukowski. La policía odia a Bukowski. La ducha odia a Bukowski. Una baldosa floja odia a Bukowski. LA COMISION DE DAMAS POR LAS BUENAS COSTUMBRES odia a Bukowski. Las botellas vacías odian a Bukowski. Los doctores odian a Bukowski. Las flores del jardín odian el meo de Bukowski. Las dietas bajas en calorías odian la panza de Bukowski. El despertador odia los ronquidos de Bukowski. La bomba atómica odia a Bukowski. Bukowski odia a Bukowski. Pero los camioneros aman a Bukowski. Y las putas aman a Bukowski. Y los presos aman a Bukowski. Y los estibadores aman a Bukowski. Y la música ama a Bukowski. Y los editores aman a Bukowski (AMAN LAS VENTAS DE SUS LIBROS) Y los locos aman a Bukowski. Y los niños aman a Bukowski. Y la muerte ama a Bukowski. Y yo... eso no interesa. Voy a sentarme a mirar el techo y a olvidarme de todo este asunto.

lunes, agosto 01, 2005

CONSUMO TENDENCIAS DE CONSUMO II

SU MAJESTAD: EL ALFAJOR
SU CIERVO: EL CONSUMIDOR

Se trata de un tema que nos es cercano a todos, que compete a todos los uruguayos, un tema que tiene muchos enfoques y que, a pesar de parecer suprfluo, es muy complejo.

El alfajor es el producto dulce por excelencia en nuestro país. Se lo encuentra en cada caja de supermercado, en los kioscos, incluso se lo vende en el ómnibus y hasta el estadio.

Quiero profundizar en la enorme y creciente brecha que hay entre la foto del envoltorio de un alfajor y el producto en sí.
Cada vez que compro un alfajor me siento ultrajado como conmsumidor, pero por sobre todas las cosas, siento herida mi condución de uruguayo.

¿A dónde se fue el dulce de leche?

Día a día aparecen nuevos alfajores con doble, triple relleno de dulce de leche, blandos, duros, crocantes, con mousse, sin mousse, blanco, negro, con merengue... pero el dulce de leche todavía no aparece (salvo en los Agua Helada. Los reconozco como un producto premium, aunque claro, no tienen foto en el envoltorio y no estarían dentro de la discusión... con mostrar el producto alcanza, no necesitan de una vil mentira que a esta altura debería estar penalizada por ley - lo mismo sucede con chivitos y otros productos gastronómicos donde la foto del bar no tiene nada que ver con el producto que uno compra)

Cada vez que abrimos un envoltorio nos enfrentamos a dos galletas cubiertas con símil chocolate o con lo que comúnmente se reconoce como “nieve” y una masa seca y finita de lo que alguna vez fue dulce de leche.

Esta es la metáfora más cruel de lo que se ha convertido nuestro país.
Un país que supo ser de vanguardia en el mundo, que supo tener riqueza material y espiritual, un país lleno de espranza, donde se podía confiar en el trabajo, un país del cual sólo nos queda el envoltorio.


Luego de que rompemos la foto, nos encontramos en la cruda realidad, nos enfrenatmos sin anestesia a la resignación de ver ese alfajor chiquito, chato, con el dulce de leche seco y gusto a poco.

Hay muchas cosas para cambiar en nuestro país y a veces resulta difícil decidir por cuál empezar. Hacerlo por los alfajores sería una buena forma de demostrarnos a todos que podemos cambiar, que todavía nos queda algo del envoltorio adentro.